Voices: Dear church, you are a cactus. Estimada iglesia, eres un cactus.

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On April 26 and 27, I embarked on a prayer journey to visit the worship centers of Blanco Baptist Association and to pray for the congregations who meet in them.

My travels included the following counties: Bee, San Patricio, Live Oak, Goliad, Refugio, Aransas and Nueces. My goal was to complete the task in one day, but it was more than I expected. After two days and 588 miles, my prayer journey was completed.

What I experienced was the sweet Spirit of God providing the assurance that even though the doors of our places of worship are not open, God’s message still is being provided in different ways. Some churches are livestreaming services, and others are praying for each other and emailing, messaging and texting one another in support and in order to keep connected.

I also observed the Holy Spirit leading me to pray for homes near where our worship centers are located. Those homes had many cars in their driveways, perhaps family members keeping each other company. Those homes represent either people who already are church members or souls who need the gospel.

I believe both groups have something in common. They are thinking and talking about the latest news on COVID-19, lost jobs, businesses closing, economic unreliability or what will happen if there is a spike in the virus. Many are experiencing feelings of fear and trepidation today more than ever.

As I prayed for each church and while traveling from one church to another, I observed a common plant in all the places our worship centers are located—a prickly pear cactus. This plant is like our churches in many ways, especially during this time of uncertainty.

How churches are like a cactus

This plant is food—nopales—for the hungry and is found in terrain that often does not offer much food. In the midst of the negativity and difficulties constantly in the news and all around us, people are hungry to hear from God’s people about his unchangeable truth that does not change yesterday, today and forever.

This plant provides water for the thirsty just as our congregations are the channels to provide the Living Water to a world thirsty for unchanging wisdom and knowledge from God.

The prickly pear cactus has a medicinal component. Today, communities are hurting because of the uncertainties of the times that brings stress, tension, depression and other mental illnesses. The church providing prayer and the healing power of the word of God can supply the healing power of God’s peace that surpasses all understanding.


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This plant is tough. It can survive the harshest summers, droughts and different kinds of terrain; it always survives. Equally, the church built on the strong foundation of the word of God with Christ as the head will survive and will not be shaken by COVID-19 or any other harmful event.

The unshakeable message of the church will speak loud and clear, providing hope to an uncertain world living in unsettled times.

As I prayed over each church facility, God provided me the assurance that his church is alive and well. Even though the worship center doors were physically closed, God’s people are moving forward.

As you are in the process of planning how to open your doors once again, let us pray the church will reach out stronger and farther than ever, providing the message of certainty, peace and hope to an uncertain world.

Rafael Murillo is the director of missions for the Blanco Baptist Association.

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Encomendé el 26 y 27 de abril a un recorrido de oración personal para orar por los centros de adoración de las iglesias en Blanco Baptist Association.

El recorrido de oración me llevo a los siguientes condados de Bee, San Patricio, Live Oak, Goliad, Refugio, Aransas, y Nueces. La meta original fue de hacerlo en un día pero el reto fue tan grande que me tomo dos días. Después de 588 millas del recorrido de oración, la meta fue lograda.

Lo que yo experimente fue el dulce Espíritu de Dios proveyendo la garantía que a pesar que las puertas de nuestros centros de adoración estaban cerradas el mensaje de nuestro Dios estaba siendo transmitido en diferentes plataformas, como Facebook, mensajes en correos electrónicos y siendo conectados uno a otros en cadenas de oración.

También, yo observe el Espíritu Santo me guió a orar por las casas que estaban alrededor de los centros de adoración. Me imagino que en esas casa estaban miembros de familia pensando en las ultimas noticias de COVID-19, las perdidas de trabajo, los negocios que se han cerrado, una economía que a estado decayendo o que pasaría se todo esto pasa de nuevo. Sentimientos de incertidumbre que nuestras comunidades están en constante batalla.

En mi recorrido de oración, encontré una planta que es común en todas los lugares donde nuestros centros de adoración están localizados—el “prickly pear cactus,” comúnmente conocido como el nopal. Esta planta tiene ciertas características que se pueden igualar a nuestras iglesias, especialmente durante estos tiempos de incertidumbres.

Como las iglesias son como un cactus

Este cactus es un recurso de alimento. Hoy en día muchas personas están siendo alimentadas por noticias que producen incertidumbres. Muchos tienen hambre por un mensaje de verdad inmutable que proviene de nuestro Padre Dios y que la iglesia debe estar lista de proveerlo.

El nopal contiene agua que retiene para dar aquellos que están sediento. Nuestra iglesias contienen en sus enseñanzas el Agua Viva que hoy en día es necesaria para un mundo que esta sediento de sabiduría y conocimiento que cambia dependiendo de como uno se siente. El mensaje de un Dios provee al alma sedienta satisfacción eterna y permanente.

El cactus es utilizado para sanar dolencias. Hoy mas que nunca, muchos están pasando por tensiones nerviosas, depresión y otras enfermedades mentales. Por ello, la iglesia puede proveer en oración una paz que sana al corazón turbado por medio de la palabra de Dios.

El nopal es un cactus caracterizado por su resistencia en cualquier terreno o clima. Así también, nuestras iglesias deben ser caracterizadas por ser inmovibles por cualquiera adversidades que pueda venir como el COVID-19 o otras catástrofes.

Nuestra iglesias están fundadas en las palabras bíblicas de un Dios que no cambian ayer, hoy y por los siglos.

Nuestra comunidades están ansiosas de tener un mensaje que sea permanente y seguro. Por ello, nuestras iglesias deben propagar una seguridad que Dios puede producir a una sociedad que esta inestable.

Cuando estaba en mi corrido de oración, orando por los centros de adoración, Dios me aseguro que la iglesia de hoy esta viva y caminando. Aunque las puertas de nuestros centros de oración están físicamente cerradas, los corazones de nuestros miembros siguen abiertos y hacia adelante.

Ahora tenemos que estar orando por los preparativos de nuestra iglesia que están haciendo para abrir nuevamente los centros de adoración. Oremos que nuestras iglesias salgan fuertes proveyendo mensajes de certeza, paz y esperanza a un mundo que esta lleno de incertidumbre.

Rafael Murillo es el director de misiones de la Asociación Bautista Blanco.


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