Comentario: Elevar la presencia hispana en la educación superior

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Los líderes de la educación superior en Estados Unidos están trabajando con diligencia para hacer que sus instituciones respondan a las realidades demográficas. Una de esas realidades es el crecimiento de la población hispana.

Barry Creamer, presidente de Criswell College—institución en la que sirvo como vicepresidente de asuntos estudiantiles y comunicaciones, así como decano de estudiantes—ha dicho: “La misión de Criswell College es capacitar líderes cristianos para servir en toda la sociedad. Hace varios años, al comparar el 9  por ciento de nuestros estudiantes que eran hispanos con el 40  por ciento de nuestra sociedad inmediata que lo era, supimos que estábamos quedándonos cortos respecto de nuestra propia misión.”

En Criswell College, el compromiso con la causa de servir a más estudiantes hispanos no es solo aspiracional; es medible. En los últimos seis años, nuestra población estudiantil hispana ha crecido del 9  por ciento al 25  por ciento, lo que nos ha convertido oficialmente en una Institución de Servicio Hispano (Hispanic-Serving Institution).

Este crecimiento ha venido acompañado de una expansión deliberada de la representación hispana entre nuestro personal, en niveles ejecutivos, medios y de entrada. En conjunto, estos esfuerzos nos colocan en una posición privilegiada para servir, orientar y empoderar de manera efectiva al grupo demográfico de más rápido crecimiento en Estados Unidos.

Criswell College ha contado con el apoyo de HACU (Asociación de Colegios y Universidades) para “desarrollar liderazgo y personal hispano”, lo que, según el presidente Creamer, “nos ha ayudado a nivelar el terreno, de modo que nuestra población estudiantil refleje mejor la totalidad de la sociedad a la que nos proponemos servir”.

Superando los retos

No obstante, nuestro trabajo colectivo no está exento de desafíos. Recientemente, el fiscal general de Tennessee, Jonathan Skrmetti, presentó una demanda cuestionando la legitimidad y equidad de los fondos federales asignados a las Instituciones de Servicio Hispano.

Como alguien que ha visto de primera mano el impacto transformador de estos fondos, debo expresar respetuosa pero firmemente cuán críticos son estos recursos.

El requisito principal para convertirse en una Institución de Servicio Hispano es que al menos el 25  por ciento del alumnado se identifique como hispano. Este umbral no excluye a otros; simplemente reconoce y apoya aquellas instituciones que han hecho esfuerzos intencionales para reclutar, retener y graduar estudiantes hispanos. No se trata de preferencia, sino de progreso.

La reciente demanda del fiscal general de Tennessee contra el Departamento de Educación de EE.UU. debilita décadas de avances hacia el desarrollo de liderazgo de estudiantes hispanos.

Las Instituciones de Servicio Hispano no son excluyentes; son respondedoras. Estas instituciones atienden a casi dos tercios de todos los estudiantes de pregrado hispanos en Estados Unidos, la mayoría de los cuales son los primeros en su familia en asistir a la universidad y provienen de entornos económicamente desfavorecidos.

La realidad

Las subvenciones federales a Instituciones de Servicio Hispano no desplazan a estudiantes de otros grupos, sino que empoderan a las instituciones para cerrar brechas de equidad, mejorar la culminación de títulos y reforzar la capacidad en comunidades con pocos recursos.

Solo en 2023, más de 228 millones de dólares en subvenciones a estas instituciones permitieron impulsar iniciativas críticas en áreas como educación STEM, asesoramiento académico y desarrollo de infraestructura.

Estas subvenciones han permitido a instituciones como Criswell College ofrecer apoyo académico especializado, mejorar los resultados de éxito estudiantil y construir la infraestructura necesaria para preparar futuros líderes y ciudadanos que enriquecerán y servirán a nuestras comunidades.

Dado que los hispanos constituyen ahora casi el 20  por ciento de la población estadounidense—y siguen creciendo—esta inversión no solo es estratégica, sino esencial.

Empoderar a las instituciones académicas para servir a una población creciente no debe ser temido ni bloqueado, sino alentado.

Una perspectiva bíblica

Desde un punto de vista bíblico, las expectativas de Dios para su pueblo son claras: “¿Qué pide el Señor de ti, salvo que practiques la justicia, ames la misericordia y camines humildemente con tu Dios?” (Miqueas 6:8).

Esto no es una sugerencia; es una exigencia divina arraigada en el carácter de Dios.

En Criswell College, definimos a los líderes como cultivadores y pacificadores: personas que no solo piensan teológicamente, sino que también viven de forma redentora. En ese espíritu, creemos que la reciente demanda no es simplemente una cuestión de política pública, sino una prueba de convicción moral y espiritual.

Negar la oportunidad a una comunidad históricamente marginada es rechazar la justicia y la bondad que Miqueas nos llama a perseguir.

Luis Juárez es el vicepresidente de asuntos estudiantiles y comunicaciones, y decano de estudiantes en Criswell College, y exalumno de La Academia de Liderazgo (2024-2025) de HACU—Asociación de Colegios y Universidades. 


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